Era el 4 de julio. Compartíamos a la mesa una típica cena veraniega: hamburguesas tanto en su versión real como en su versión alterna de soya. Entonces anuncié que había ubicado en el refrigerador algunos Panky. De inmediato, mi sobrino que tiene 10 años de edad me preguntó: «¿Qué es un Panky?» Acto seguido le expliqué con mucha seriedad de qué se trataba. Le dije: “Es algo que solo comen los adultos”. Todos nos reímos y él se mostró sorprendido.
En esos momentos pensé: Wow, sin duda estoy en mi segunda juventud ya que mi sobrino no sabe lo que es un Panky. La verdad, es que al día de hoy no le he aclarado que se trata de una galleta rellena de chocolate que era el producto estrella de las tienditas escolares de Puerto Rico en la época de mi primera juventud.
El curioso incidente me puso a reflexionar sobre la teoría generacional y cómo forjamos recuerdos comunes basados en vivencias de esa época en la que nos desarrollamos, que incluyen hasta el sabor y la añoranza de un dulce de la infancia. De hecho, recientemente asistimos a una boda que el recordatorio fue un Panky, le cambiaron la envoltura por un mensaje personalizado y listo. Es el recordatorio de boda que más he apreciado y el único que recuerdo (y cuando digo que no recuerdo es que no tengo ni idea de qué ofrecí en mi propia boda). Presumo, que esos novios también tenían un recuerdo grato de ese sencillo producto que estuvo presente en su pasado y que extrapolaron al presente en ese día especial.
Los más jovencitos, como mi sobrino, crearán sus propias historias comunes y añoranzas en el futuro. Las compartirán y serán tema de sobremesa. Los visualizo hablando con sus hijos y sobrinos y que ellos pregunten, por ejemplo: ¿Qué es un GameBoy? A lo que probablemente contestarán: Es un aparato ancestral que provocó que una generación completa sufra del Síndrome del Tunel Carpal. Y entonces, cuestionarán: ¿Y qué es el Tunel Carpal? Y tal vez responderán: Algo que pudimos haber evitado si hubiésemos conocido el Panky.
¿Qué es un Panky? Una vivencia generacional con sabor a chocolate.
Nota aclaratoria: El Panky al que me refiero nada tiene que ver con una expresión idiomática norteamericana. Por si acaso… 🙂
Me encantó leer este mensaje porque pinta lo conscientes que estamos de nuestra generación y la nostalgia que ocasiona aún en la gente tan joven como tú. Yo pensé en las golosinas de mi época y se me hizo la boca agua recordando los «pilones» (dulces azucadados parecidos a las paletas, pero haciéndole honor metafórico a su nombre), los «marrayos» y también recordé al pregonero con la batea en la cabeza ofreciendo…»crema de coco a chavo». Tengo más razones que los jóvenes para encontrarlo todo carísimo hoy. ¿Verdad? Nada como el tiempo y las palabras que lo ocupan. Insisto: me gusta leerte.
Hola, querida Mariam!
Bueno, el fenómeno que describes es bastante común. Definitivamente, cada generación tiene sus productos simbólicos. Y sus juegos, sus juguetes, sus personajes de historietas (comics). Tengo algunos años más que tú y soy testigo del fenómeno. Hasta a veces recibo presentaciones pps. que ponen a prujeba nuestra memoria o que sirven para tildarnos de viejos cuando reconocemos algunas de las cosas que muestran. Y también ocurre el fenómeno contrario: los niños y los adolescentes de hoy día conocen y usan cosas que no sabemos que son cuando nos las nombran, y hablan un lenguaje que los de mi generación frecuentemente no entendemos.
Interesante es que algunos productos, juguetes y juegos resucitan cíclicamente, si bien mejorados tecnológicamente o en versiones más sencillas par que sean económicas.
En la Argentina, en mi niñez, estaba muy en boga entre grandes y chicos un producto muy parecido a los Pankys, que se llamaba Nougatón y era de la empresa Bonafide. Eran obleas rellenas con nougat (pasta de avellanas) y bañados en chocolate. Después de idas y venidas, hoy día aún existen con ese nombre. Pero el fabricante ahora es otro, cuestan alrededor de 50% más (teniendo en cuenta n cambios de moneda), tienen solo la mitad del tamaño y, si la memoria me es fiel, son mucho menos sabrosos que aquellos Nougatones de mi infancia.
Lógicamente, es una evolución natural.(?)
«sic transit gloria mundi», decían los romanos.
Un cordial saludo,
el «primo genético» Roberto
Más allá de ser dulces de una moda… para mí los dulces están atados a los recuerdos. En mi caso el haber nacido en el 1960 me ha permitido pasar por muchos dulces generacionales. Los SUGAR DADDY… esa famosa lengua de caramelo que se pegaba al paladar… nos las pegábamos sobre los dientes para parecer que estábamos «mellaos» Luego llegó los SUGAR MAMMA… la misma lengua de caramelo cubierta de chocolate… Nos embarrábamos la cara y los «misters» y las «missis» de la escuela elemental nos regañaban pero no relacionábamos los dulces con las novias. Pero luego llegó el PANKY… para regalarle a las noviecitas que nunca se enteraron que eran mis novias… (eso creo). El CHICK O’STICK… me hace recordar la escuela intermedia… las regalaba a mis novias que nunca quisieron ser mis novias. En la escuela superior me cansé de regalar dulces y traté de ser yo el dulce y me convertí en empalagoso. En la Universidad regalaba MON CHERI… y las novias… muy bien, gracias. Ahora en mi adultez me siguen gustando los dulces (especialmente los chocolates) y mi favorito, Los DOVE de almendras cubiertos de chocolate… mmmmm… ya no tengo novias… pero lo disfruto con mi hija que fue quien me hizo amar estos dulces. Pronto seré abuelo y espero comer dulces con mi nieto. Espero tener los dientes para disfrutarlos y sino… los saborearé de todos modos.
PD. Los M&M han existido en todas las generaciones. ¿Los habrán probado Adam y Eva?
Hola Mariam!!!
Me fascinó tu blog pues el Panky es uno de mis dulces favoritos de la tiendita de la escuela y aunque no son tan baratos como antes, pero en Sams todavia se pueden encontrar a buen precio. Yo no se ustedes, pero a mi me gusta comérmelos de capa en capa, tambien acabaditos de salir del refrigerador… como le gustan a Davis!!!
Siempre comento lo mismo, a mi los sabores me sirven como una máquina del tiempo… yo todavia me acuerdo del una de mis primera experiencias con una goma de mascar con un juguito rico en el medio, los «Bubaloo» o «Buboolicious» o algo asi; pues fue quizas cuando tenia de 3 a 5 años y me acuerdo que estabamos en Maryland para ese entonces, tambien me acuerdo que alli tambien probé la rica crema blanca llamada «Whipped Cream».
El paladar, una rica sensacion que trasciende las bareras del tiempo!!! Ya por eso acabo de engordar cinco libras mas!!! Ha!
Karen J.
(De menudo ‘pa K!)
Mariam: Bueno, no me voy a poner a discertar sobre el incidente generacional, porque son muchos los que nos separan de mis hijos; sin embargo, el Panky no es uno de esos, porque a mi hijo mayor, que tiene 9 años le encantan, al igual que a mi… es más es una de sus meriendas favoritas en la escuela. Aunque te digo, como le dije a él: los de ahora jamás saben como los de antes… Eso mismo sucede con el Crunch, cuyo sabor es totalmente diferente al que yo me comía en mi niñez… Ahh, a mi chica de 6 años también le gusta el Panky, por lo que creo que tan pronto tu sobrino los pruebe (los consigues al lado de las cajas registradoras en un archifamosa megatienda) se achicará esa división generacional contigo… y los dos estarán viviendo literalmente una preciosa niñez…
Mary Jane’s
En mis días de niñéz, en aquella época cuando los dinosaurios todavía habitaban las costas de Puerto Rico, las niñas de mi casa teníamos dos opciones.
Opción 1: Comprar dulces con los 10 centavos que nuestra estricta madre nos daba cada día cuando marchábamos a la escuela
Opción 2: Utilizar los diez centavos para regresar a casa en transporte público, regresar en carro público. Opción que sabiamente usábamos solo cuando había mal tiempo.
Todos tenemos comprometidas una serie de neuronas en recordar sabores, olores y momentos de nuestra infancia. Me asombro con frecuencia al poder recordar con exactitud lugares, olores y sabores de aquellas épocas lejanas.
Mi Hermana mayor Cuchy y yo íbamos a la misma escuela, Cuchy estaba en sexto grado y yo en primero. Ella era mi protectora (Mi“bully” personal). Ella era del tipo “mosquita muerta” y nadie se pensaba que Cuchy peleaba como las mejores, especialmente cuando había que defenderme a mi.
Como de costumbre ella y yo nos detuvimos luego de salir de la escuela en la tienda de la 15 y pedimos 10 Mary Jane y dos Maltas. Ibamos a caminar a la casa, el camino era largo pero íbamos contentas. Tremendo desarreglo. Mami era muy estricta y en casa no se compraban dulces, excepto en ocasiones especiales. Estábamos apunto de comernos el manjar cuando escuchamos gritos, oímos disparos… Cuchy me tiró al piso y me protegió con su cuerpo. Unos hombres se disparaban desde un Jeep a un carro fue todo los que pude pude ver con una hendijita que había entre nuestros cuerpos. Cuando terminaron los disparos Cuchy tomó los bultos de ambas, los Mary Jane, me agarró de la mano y corrimos sin parar hasta la casa, pasando como dos aves en huída el cementerio municipal y el camino flanqueado de cañaverales en ambos lados.
Recientemente fui con mi hijo a una tienda de la franquicia Michael’s donde venden manualidades. ¡Que sorpresa! Al lado de la cajera tenían bolsitas de Mary Jane’s. Mi hijo nunca había saboreado ese exquisito dulce de maní. Mientras comíamos juntos en el carro le conté nuestra aventura infantil y él tenía cien preguntas todas generacionales. La que más me llegó fue- ¿Acaso no es maltrato, el dejar a dos niñas solas caminar solas por un cañaveral? Mi respuesta fue simplista . –“Eran otros tiempos”.
Esa noche mi hermana Cuchy yo fuimos cómplices otra vez cuando rescatamos el contrabando de Mary Jane’s maltratados y los comimos sentadas hombro con hombro, mientras escuchábamos al viento golpear las guajanas de el cañaveral contiguo.
Hola Mariam! Te tengo que contar que una sensación muy particular, de sorpresa y semi-frustración, me embargó hace unos meses atrás. Te explico, como una gran fan musical al entrar al mundo de los Ipods tuve un gran reto que cumplir, como llevar la música de mis «cassettes» a la Ipod. Los Cd’s son sumamente faciles de transportar a la Ipod, pero los «cassettes» no necesariamente. Bueno luego de investigar, conseguí un programa de audio para la computadora, a la que conecté un «walkman» y me di a la tarea de pasar cada uno de mis «cassettes», en tiempo real, a la computadora para luego digitalizar la música y pasarla a la Ipod. De más está decir que me tomó varios días. Pero, a lo que iba. Cual no fue mi sorpresa cuando mi hija, que en ese momento tenía 11 años, me dice: «mami, ¿qué es eso?» Yo me quedo unos segundos pensando cómo es posible que ella no sepa lo que es un «walkman». Luego de explicarle su funcionamiento su único comentario fue: «wow y tu tenías que esperar a que ese lado acabara para cambiarlo y seguir escuchando música, que porquería!». Fue totalmente un «shock». Mi hija acostumbrada a la era digital entendió que nuestros mecanimos de entretenimento eran una porquería porque requerían más trabajo que los actuales!!!! De ahí salté a la idea de que probablemente ese es uno de los problemas que está atacando a las nuevas generaciones: todo es más fácil y automatizado. Pero, ya eso es otro tema. Un abrazo.
Es interesante ver como losa dulces definen una época… Yo soy de la de los kisses de Hersheys (aunque no soy muy chocolatero…pa chocolate yo,jajaja). Espero con ansias a que le entres al tema de la música para hablarte del «síndrome de Los Panchos»…
Hola Mariam
Pues el Panky es una especie de galleta rellena de chocolate, muy deliciosa que muchas veces era mi merienda cuando era niño. Solo valia 10 centavos y la vendian en la tiendita frente a mis escuela elemental…wow era un exito, que recuerdos me traen los pankys…mmm, te dejo que voy ahora mismo a comprar uno…bye
Hola:
me dió risa…ese era mi problema con mi hijo…la merienda ese dulce, de postre ese dulce…y mi truco para que hiciera mas omenos lo que yo quería eera el chantaje con ese dulce.
Con amor,
Mary
Les confieso que cuando escribí sobre el Panky no tenía idea de las muchas vidas que ha impactado. Quién diría que una galleta tan sencilla trajera tantos recuerdos y marcara varias generaciones.
Una cordial bienvenida a aquéllos que por primera vez participan en mi blog: Marlene, Angel, Karen, Ciamara y Mary. Les insto a que sigan en sintonía con esta conversación sobre generaciones.
Ciamy, tu historia es simplemente genial. Una generación que no conoce los cassettes… wow. Yo todavía tengo cajas de mis primeros programas radiales grabados en cassettes así que me compartes luego la fórmula de transferirlos. Wow, algo más que tendré que explicarle a mi sobrino, ja.
Yuankho, ahora que vas a ser abuelo (que raro suena eso) tienes la misión de pasar la cultura del Panky.
Sigamos conversando entre marrayos, pilones, nougatones, Mary Jane y Mon cherries… Como nos dice el poeta Marco Valerio Marcial, «poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces”.
Mariam Ludim
Por lo que estoy leyendo, parece que todos ustedes son de los pagos del norte…
mientras que yo soy una austríaco dvenido en gaucho gringo de Argentina.
Alguno tiene idea de lo que es un alfajor con dulce de leche?
Esoso son eternos. Cambian de marca, de tamaño, de precio… pero se conservaron casi iguales desde hace 50 años. Y son producto típico con sabor a terruño y artículo de exportación a los argentinos que viven desparramados por el mundo, anque muchos extranjeros que se engatusaron con ellos….
Aunque no me acostrumbraron a comer dulces (esa elección la hice al llegar a la Escuela Superior), sí sé lo que es un Panky. Para mí era curioso ver cómo en la merienda de mis compañeros de clase, esa chocolatosa galleta se colaba en las loncheras Aladdin… (uff, qué viaje en el tiempo). Definitivamente, existe una distancia, no sólo en cuanto a lo tecnológico entre generaciones… y en la Escuela Superior, nada como un buen Icee de Cola acompañado por un Panky (siempre y cuando las galletas permanecieran fresquecitas); ¡qué nostalgia!
Disfruté mucho las Panky, todavía sigue siendo de mi agrado, aunque ya no son tan fáciles de conseguir. Hace algunos años siendo estudiante universitario, las compraba en el supermercado Pueblo. No había vuelto a pensar en ellas hasta ahora y me he acordado de lo deliciosas que son, ya se me antoja una… Estaré pendiente a ver si la veo en los supermercados para revivir delicias olvidadas.
Hola Mariam:
Me encantó tu artículo. Ahora les explico a todos, que a mi hijo (el sobrino de Mariam)le gustan los dulces «sour» o agridulces. De esos que vienen en forma de gusanos y serpientes que yo no acercaría a mi boca (por razones generacionales)y que ni siquiera me interesa como se llaman.
El y yo tenemos unas libritas adicionales (jaja) y trato a toda costa que sus meriendas no incluyan dulces. Por eso es que mi santo hijo no sabe lo que es un Panky. Mariam, me parece una excelente recomendación la de Yadeth. Así que esperaré tu regreso para presentarle los Panky’s a Vitito.
A mi me gustan los Panky’s como a Davis, acabados de salir del refrigerador. También me traen muy gratos recuerdos los Mary Janes. Pero mi debilidad total, cruzando todas las etapas de mi vida, son los M&M con maní.
Saludos,
Zaidy
No pretendo hacer propaganda comercial.
Solo ilustrar un poco sobre el «alfajor con dulce de leche».
http://de.youtube.com/watch?v=RSJimL6L5YE
Roberto, gracias por ampliar nuestra cultura «dulcística» con ese análisis empírico de los alfajores que nos compartes en You Tube. Lo cierto es que cuando los mencionaste por primera vez pensé que era algo parecido a uno de los dulces típico de Puerto Rico que precisamente es el dulce de leche. Pero no se parece más bien acá habían unas galletas similares que también se vendían en empaque individual pero el relleno era de vainilla. Creo que se llamaban Jumbo. Aquí un enlace de los dulces de nuestra Isla: http://www.elcolmadito.com/USDulces.asp.
Lo gracioso de toda esta conversación es que no soy dulcera mi única excepción es el Panky.
Mariam Ludim
Jorgito, tan pronto llegue a la Oficina de llevaré una caja de Panky. Será mi pago por tu mentoría reversa, jajaja.
Zaidy, es un hecho pasaremos el Panky a las siguientes generaciones de nuestra familia.
Mariam Ludim
Hola Mariam:
Ayer cuando llegué a la casa de mami fui directo al refrigerador. Estaba segura que el día 4 de julio nadie comió Panky’s y allí estaban, donde tú los dejaste, intactos. Antes de tocarlos le conté a mami sobre tu escrito. Los saqué del refrigerador ceremonialmente, senté a mi hijo, se los mostré, le expliqué. Demás está decirte que mami, Vitito y yo disfrutamos cada uno de un delicioso Panky acabo de sacar del refrigerador. Se cortó la brecha. De ahora en adelante a comprar Panky’s se ha dicho.
Mami también se remontó en un viaje dulcístico y se acordó muy placenteramente de cuando ella era pequeña y le daban cinco centavos que ella usaba íntegros en comprar marrayos. La placentera compra le duraba toda una semana.
Y no te preocupes, te dejamos Panky’s para tu regreso.
Un abrazo,
Zaidy
Hola de nuevo: espectacular la oferta de dulces sabroso de la página que cita Mariam.
Pero descubrí algo inusitado: parece que el «dulce de leche» de P.R. no tiene nada que ver con el argentino, o rioplatense, porque los uruguayos y los argentinos se atribuyen por igual haerlo inventado, Hay diferentes tipos en cuanto a consistencia sabor y color, pero todo sobre la misma base.
PREPARACIÓN:
Colocar todos los ingredientes en un recipiente grande, preferentemente de cobre o aluminio, a fuego fuerte.
Tener especial cuidado al romper el primer hervor, revolver y evitar que se derrame.
Dejar hervir durante unas horas, hasta que tome color y comience a espesar, bajar el fuego al mínimo revolviendo cada tanto con una cuchara de madera.
Cuando al sacar un poquito en un plato, y dividirlo por la mitad con una cuchara, no se unen las partes, está hecho.
Al sacarlo del fuego, continuar revolviendo durante un rato hasta que pierda un poco de temperatura pues de lo contrario, se puede cortar. Al retirarlo del fuego, y mientras se revuelve, se puede apoyar el recipiente sobre agua fría para ayudar a entibiar más rápido.
http://www.redargentina.com/recetas/masaspostres/dulceleche.asp
Para ver el aspecto del dulce de leche argentino (y detalles de su fabricación industrial)
http://www.inti.gov.ar/extension/cuadernillos/pdf/dulcedeleche.pdf
Un ultimo chisme: una forma sencilla de hacer dulce de leche es calentar una lata (can) de leche condensada azucarada, cerrada, en baño de agua hirviendo durante unos 20 minutos. Luego, dejarla enfriar cerrada . DIJE: DEJARLA ENFRIAR !!
Cuando esté a temperatura ambiente, abrirla y saborear el contenido.
Antes un aviso no me dejó copiar la receta: aquí va:
DULCE DE LECHE
Aunque es más fácil y rápido comprarlo en un almacén o supermercado, es mucho más rico el dulce de leche casero.
INGREDIENTES:
4 litros de leche
1 kilo 100 gs de azúcar
1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio (de cocina, para dar color)
Una chaucha de vainilla (Opcional)
Wow!
Llegue a este espacio y descubrí algo que me provocó nostalgia un Panky! Me hizo recordar, cuando salia de la escuela elemental a las 3pm corriendo a buscar un Panky o su mas fiel competidor, una Nutella, pero no la de ahora que viene en pote, sino, la que nos daban muy poco y uno hasta lamia el plastico… q recuerdos y nostalgias…
De hecho leyendo los comentarios concuerdo en que ahora no son tan faciles de encontrar… aunque en dulcerias pequeñas y tienditas de barrio se encuentran todavia, al igual que los bombones de anis, los maryjanes (que ahora si digo eso delante de mis estudiantes me vacilan, haciendo alusion a cosas ilicitas), los pal, los miti-miti, y no se como se llamaba, era un dulce como de caramelo con algo blanco en el centro pura azucar! mmm
Sigo en mi viaje dulcistico… mirando una barra de granola, muy saludable 😦
Wow, Mariam, que backtrip tengo con los Panky jajaja…
Si recuerdo los Panky (tu ilustracion del label me ayudo a desbloquear mi mente), pero no era muy fanatica de ellos. Mis recuerdos de dulce de niñez son los Nutella que vienen individualmente empacados en un conveniente tamaño portatil (que siempre consigo cuando voy a Puerto Rico, pero aquí en Texas no los venden así; tienes que comprar el pote completo que vale casi $5.00), y los Sixlets, que son como M&M pero redondos, y hechos de azucar de verdá (no como los M&Ms que contienen el odioso syrop de maíz). Otros dulces de mi niñez eran Pixie Styx (azucar pura con colorante, al que atribuyo la explosión del ADD y ADHD en la pasadas dos décadas) y unos que eran de manzana que venian en sobrecitos, y traian un palito de azucar con el que te lo comias (y luego te comias el palito… era weird pero a mucha gente les gustaba). El otro recuerdo que tengo era el de los limbers de peseta… eso si que era un snack!
(Y yo que tengo aca ‘sendo bajon de frituras, especialmente las empanadillas de pizza y los combos de pollo frito, papitas y arroz chino de los restaurantes chinos de Puerto Rico).