Redes Sociales, Reflexión

Isaac y las vidas pasadas

Si algo nos legó hoy Isaac, fue un despliegue viral de vidas pasadas a través del libro de las mil caras. Ninja asesina, bella japonesa, dama de alta sociedad, samurai de alto rango, leñador, reina salvaje, y cantante francesa… figuraban entre los repetitivos posts que documentaron el ocio.

Observas el primer post y dices: «Mira, que invento curioso». Luego llega el segundo y piensas: «Otro más».  Surgen el tercero y cuarto, en cuestión de minutos, y consideras: «No tienen nada más que hacer».  A la veintena, piensas: «Annoying«. Y en par de horas tu muro está repleto de bailarinas y guerreros árabes y asiáticos, hippies, princesas egipcias, senadores romanos… en otras palabras inundado de algo que simplemente no te interesa. Y cuando piensas que ya es suficiente, entonces el mismo día comienza otra modalidad viral en la que se comparan con una celebridad (y en la mayoría de los casos no se parecen en absolutamente en nada).

Esto me hace reflexionar en nuestra vida pasada antes de las redes sociales, y me preguntó lo siguiente: ¿Nos atraparon las redes en su telaraña hasta convertirnos en evangelistas de cualquier bobada que esta nos presenta? O es que acaso, ¿no hay remedio de hacer lo que los demás hacen? ¿Nos convirtieron las redes en autómatas de aplicaciones? ¿Nos dirigen las redes? ¿Tenemos que replicar todo lo que vemos?  ¿Tendrán las redes el poder de nublar nuestros intelectos de forma colectiva? Y ahora, ¿quieren hasta decirnos nuestras vidas pasadas?

Les propongo que celebremos que en las vidas pasadas fuimos nosotros mismos, con nuestras virtudes y defectos.  Procuremos en vez de enfocarnos en el pasado (ya sea el real o el virtual),  en vivir el presente con la responsabilidad de aportar algo positivo y original. Nuestro presente incluye la proyección del yo, a través del aplanado mundo digital. No tienes que compararte con una celebridad desconocida, tienes dentro de ti lo que necesitas para llegar hasta donde te lo propongas. Celebra que eres tú, después de todo, tu verdadero pasado te trajo hasta hoy y te hace único y especial.

Reflexión

Lo sabía…

Por Mariam Ludim Rosa Vélez

Sabía que te extrañaría,

que ángeles de alas de colores tu sueño velarían.

Sabía que te recordaría,

que pensaría en ti todos los días.

Sabía que me dolería,

que tu partida me angustiaría.

Así que, como ya lo sabía,

te dedico tus versos poeta mía,

los activo solo para ti porque eres poesía,

y te encuentro en el verbo y en la melancolía.

Lo sabía…

En memoria de mi amada hermana Chiqui que descansa y que un día como hoy, 13 de junio comenzó sus días llenos de palabra, música y poesía.

Generaciones, Reflexión

Los seis años de Colisión Generacional

Un 14 de abril de 2006 comencé esta jornada con la palabra generacional que precisamente hoy, 14 de abril de 2012 cumple seis años.

Más que agradecida de que me hayan acompañado durante esta recorrido virtual que nos ha servido de espacio para intercambiar ideas sobre las generaciones, tecnología, periodismo y reflexiones, entre otros temas.

Así que, con un brinco de júbilo, celebro el sexto cumpleaños de Colisión Generacional. Les invito a que sigan en contacto.

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Una generación de cibercondríacos

La era de la informática, además de legarnos tanto conocimiento, también nos deja por herencia nuevas afecciones relacionadas con su constante uso.  Es allí, en la superavenida electrónica, que transita una potenciada especie de los hipocondríacos: los cibercondríacos.  Lo que antes se definía como personas temerosas de padecer cuanta enfermedad escuchaba,  se mencionaba o se le acercaba; ahora se han convertido en seudoexpertos que consultan sus síntomas en la red y se autodiagnostican.  La tendencia ha sido documentada por varias encuestas, una de ellas de la empresa Harris Interactive, quien desde el 1998 han registrado el aumento de personas que buscan información médica en Internet.  Lo interesante es que ellos incluyen a todos los que investigan sobre asuntos de salud en la categoría de cibercondríacos.

Sin embargo, a mi juicio, el problema no es la búsqueda de datos, la situación se agrava con la infoxicación (otro nuevo término de estos tiempos) que pueden sufrir los cibernautas de temas médicos y la preocupación -a veces infundada- de problemas de salud.  Esto a su vez, puede provocar ansiedad y la alucinación de conocer más que los médicos sobre estos padecimientos. Situación que desencadena en la búsqueda de tratamientos que, ante la falta de un contexto educativo en esa área, pudieran ser errados e incitar otros males.

Cual Jano, esta situación tiene dos caras, y es que ahora los pacientes van más educados al consultorio médico, lo que representa un reto para los galenos. Un estudio publicado por el British Journal of General Practice apunta hacia que los médicos generalistas se sienten intimidados por el creciente número de pacientes que consultan la web.  Los resultados también indican que  los médicos experimentan ansiedad y se sienten retados.  El consejo que algunos expertos en el tema dan a los profesionales de salud: «no ignoren a sus pacientes informados, escúchelos».

Mientras, la recomendación para todos los demás ciberespaciales, es que no nos obsesionemos al punto de crear condiciones de salud virtuales. Las tecnologías actuales y los accesos inmediatos a la información, siempre nos legarán nuevos desafíos,  esta vez, toda una generación de cibercondríacos. ¿Conoces alguno? Esa sonrisa que veo en tu rostro me dice que sí 🙂

Generación X, Generación Y, Generaciones

La generación Boomerang

Tal vez en Puerto Rico, no represente una tendencia social nueva, ya que por nuestra cultura e idiosincrasia los padres albergan a sus hijos en sus hogares, sin mayor dificultad, hasta que ellos quieran irse (a veces esto significa toda la vida).

Sin embargo, en otros países como Estados Unidos, Cánada y Europa, la práctica frecuente es que los hijos se independicen entre los 18 a 21 años. De esta forma, sus progenitores pueden «disfrutar» de su «nido vacío».

Recientemente, esta costumbre ha disminuido con la llegada de un nuevo fenómeno social denominado generación boomerang, que se caracteriza porque los jóvenes, entre los veintitantos y los trientitantos, se quedan a vivir o regresan a la casa de sus padres.  Esta marcada inclinación, más fuerte en la última década, contrapone la expectativa de los norteamericanos de que sus hijos partan del hogar en los álbores de la juventud.

 ¿Por qué no se van o regresan tan pronto?

Un estudio que publicó la pasada semana el Pew Research Center, apunta hacia  que la razón principal es económica. Así lo explican en el informe:

«La Gran Recesión parece haber acelerado esta tendencia. La encuesta de Pew Research encontró que entre los jóvenes adultos de  18 a 34 años, el 24% se mudó con sus padres en los últimos años, después de haber vivido de forma independiente, debido a las condiciones económicas».

La investigación no tan solo documenta esta tendencia, sino que también establece que tanto los padres como los jóvenes se encuentran satisfechos con mantener por más tiempo este arreglo de convivencia multigeneracional familiar:

«El 68% de los jóvenes adultos de entre 18 y 34 años que viven con sus padres o se mudó nuevamente en forma temporal, debido a las condiciones económicas, dicen que están muy satisfechos con su vida familiar. Esto se compara con el 73% de los jóvenes adultos que no viven con sus padres (una diferencia estadísticamente no significativa). Del mismo modo, el 44% de los jóvenes adultos que viven con sus padres dicen que están muy satisfechos con su situación de vivienda actual. Una proporción similar (49%) de los jóvenes adultos que viven independientes manifiestan lo mismo».

Asimismo, se desprende del estudio que los jóvenes aportan, de una forma u otra, a los gastos del hogar:

«Los adultos jóvenes que viven con sus padres contribuyen a la casa de varias maneras. Casi la totalidad de los encuestados, entre los 18 – a 34 años de edad (96%) dicen que  aportan al hacer las tareas del hogar. Mientras el 75% dice que contribuye con los gastos del hogar, tales como compra de comestibles o facturas de servicios públicos. Por otro lado, (cerca) más de una tercera parte (35%) paga renta a sus padres. Tanto las féminas como los varones son propensos a ayudar en las tareas domésticas y pagar alquiler. Sin embargo, hay más féminas que varones que contribuyen con los gastos del hogar (84% vs 67%).

El doctor Roderic Beaujot, profesor de University of Western Ontario también ha investigado esta tendencia en Canadá, al citar estadísticas del Censo, demuestra que en 1981, el 27.5% de los canadienses de 20-29 años vivían con sus padres. En 2001, la cifra había aumentado a 41%.

Un estudio realizado en Inglaterra por el Institute for Social Camp Economic Research (ISER), de la Universidad de Essex y reseñado en el periódico The Telegraph, también documenta esta tendencia en Inglaterra e indica que en el 2008 hubo un aumento de 110,000 jóvenes entre 16 y 29 años que regresaron al domicilio de sus padres.

En Italia el 70% de los adultos jóvenes viven en la casa de su padres, allá se les denomina Bamboccioni, que significa «bebés grandes».

Esta tendencia tienes sus favorecedores y detractores. Los que apoyan este acomodo establecen que ayuda en lo financiero a todas las partes y que  permite que las relaciones interfamiliares se fortalezcan. Ponen como ejemplo, las culturas asiáticas e hispanas, en que los hijos viven por más tiempo con sus padres y luego, toman un rol principal en el cuidado de sus progenitores cuando llegan a ancianos.  Los que rechazan esta práctica temen que se vaya a perpetuar la depedencia.  El doctor Frank Furedi, de la Universidad de Kent, le llama la «cultura del miedo». Según indica, «el culto a la seguridad representa una actitud profundamente pesimista hacia el potencial humano».

Lo que para nosotros, los puertorriqueños, es un estilo de vida social muy habitual: vivir en la casa de nuestros padres en los 20’s, 30’s, 40’s  y a veces más; ahora representa todo un tópico de discusión y debate mundial.  ¿Será que el modelo de los hispanos funcionó desde un principio? ¿Realmente los padres querían el nido vacío o simplemente la cultura se lo impuso? ¿Mejorará con este «nuevo modelo» la comunicación entre generaciones? Sin duda, son áreas que se investigarán.  Mientras, qué tal si disfrutan la experiencia.

La cadena CBC preparó un documental sobre el tema. Les dejo con el preview:

Reflexión

Préstame un instante más

Por Mariam Ludim Rosa Vélez

Préstame tu poesía para dedicártela

Préstame tu palabra para escribírtela

Préstame tu canción para cantártela

Préstame tus versos para rimarlos

Préstame tus sueños para mimarlos

Préstame tus guerreros para liberarlos

Préstame tus melodías para esparcirlas

Préstame tus intenciones para redimirlas

Préstame tus listas para cumplirlas

Préstame tu ilusión para atesorarla

Préstame tu esencia para acariciarla

Préstame tu ternura para revivirla

Préstame un instante más….

En memoria de Chiqui, quien descansa desde el 13 de noviembre de 2008

Un nidito se posó sobre ella. ¿Una conspiración de la naturaleza? Sí, es que el Creador, la hizo melodia, y entre melodías conserva su descanso. Anda pajarito hermoso canta, canta…. no dejes de cantar.

Reflexión

The Pelican Whisperer

No le pregunté su nombre por lo que decidí llamarle The Pelican Whisperer. Luego, al hacer una búsqueda en Internet, para determinar si el concepto ya existía, descubrí -para mi sorpresa- que el hombre ya se había autodenominado así.

Podría parecer una locura, todos los días a las 3:00 p.m. visita la playa de Crash Boat de Aguadilla para alimentar un quinteto de pelícanos pardos, que caminan en fila detrás de él.

Su hazaña capta la atención de los visitantes del lugar, quienes, como hice yo, le preguntan algunos detalles del porqué de su constante acción.  Según me relató, hace unos dos años comenzó esta práctica, anteriormente se dedicaba a entrenar perros y cotorras, pero ahora está concentrado en los pelícanos, especie también conocida como alcatraz manso.

Los llama con un silbido particular de un pito artesanal que carga en su cuello. Las aves acuden en vuelo  y comienzan a caminar en la arena en pos de él. Luego las alimenta con pequeñas sardinas al ponerle su mano en los cortantes picos. Cada uno tiene un nombre y una historia. Algunos han sido heridos por los pescadores y rescatados por este hombre delgado, quien vende algunas piezas artesanales para comprar el alimento que comparte con sus aves. A uno de los pelícanos lo nombró Otto, quien luego de degustar una sardina abre sus alas, se mueve de lado a lado, y danza al ritmo de los comandos del Pelican Whisperer de la costa aguadillana.

De su rutina no solo se benefician los pelícanos, una intrépida tijerilla también acude a la reunión vespertina.  Nunca abandona su característico vuelo en el que surca los aires planeando, mas desciende en picada hasta llegar a la mano del hombre que la extiende hacia el cielo con el preciado y fácil alimento. Luego, se eleva con sus alas extendidas da una vuelta y regresa varias veces.

Ya a las 6:00 p.m. el hombre sale de playa, y Otto lo persigue hacia el estacionamiento, ya los otros pelícanos se han acomodado en el muelle o sobrevuelan el lugar. Con un gesto en sus manos le dice al alado que regrese a la playa.  Se verán el siguiente día.

Sí, podría parecer una locura, pero como entona el cantautor Silvio Rodriguez:  «hay locuras para la esperanza… hay locuras que son poesía… hay locuras tan vivas, tan sanas tan puras«.

No sé su nombre, pero me provoca esperanza. Saber que hay personas que pueden tener la sensibilidad de aunarse con la naturaleza y hacer una diferencia, granito a granito.  Su acción es el reconocimiento de la importancia de la interconexión de los seres vivos y sobre todo el llamado a cuidar los hábitats de las especies.

No sé su nombre, pero observarlo es poesía, realismo mágico. Como si en las nubes se escribieran los versos que ejemplifican que una persona puede hacer la diferencia en la patria grande, nuestra casa, el Planeta Tierra.

No sé su nombre, pero sin duda es el protagonista de «una locura viva y pura». Con acciones es portavoz de un llamado a que otros salgamos de las cajas del diario vivir y que dediquemos «locuras» a la protección del medioambiente, al respeto por los seres vivos.

Decía Heinrich Heine: «La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca».

Redes Sociales

Nuestra identidad digital: Alguien nos mira, alguien nos sigue

¿Te asusta pensar que alguien te siga sin que tú lo sepas? Escalofriante, ¿cierto? Antes,  esa posibilidad era muy remota, a menos que tuvieras negocios turbios o algún admirador secreto, entre otras razones demasiado peculiares.  Tal vez, lo vimos en algun guion hollywedense y nunca conocimos un caso real de este tipo de asecho.

Ese era el pasado, que en realidad no es muy distante, hoy, cualquiera puede mirarnos a través de esa vitrina llamada el espacio cibernético. Ahora, el que así lo desea nos rastrea, nos encuentra y nos observa cuantas veces quiera. Estamos al alcance de un barra de un metabuscador, y la vuelta de la esquina de un simple tecleo de nuestro nombre.

Esas huellas que dejamos dispersas en la tan transitada avenida supersónica de la información, conforman nuestra identidad digital. La doctora Aury Curbelo, profesora de Administración de Empresas (ADEM) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) y certificada como investigadora forense de delitos cibernéticos (entre otras certificaciones de seguridad en la red) define la identidad digital como:

El conjunto de rasgos que caracterizan a un individuo o colectivo en un medio de transmisión digital.

Allí, en ese mundo virtual que acumula millones de piezas de información, también estamos nosotros, y los demás nos miran. ¿Quién nos busca? Nuestros amigos y enemigos; nuestros familiares y desconocidos; nuestros jefes y compañeros de trabajo; el gobierno y los patronos; nuestros supervisados y estudiantes; nuestros ex (lo que sea) y nuestros futuros (lo que se espera). En fin, estamos tan accesibles que las posibilidades son infinitas.

¿Qué implicaciones tiene esto? Más de las que aquel -que publicó en una red social una foto con una bebida en mano mientras vestía una camisa  con el logo oficial de su compañía-  se puede imaginar.  Más de lo que la otra – que publicó comentarios ofensivos sobre su patrono anterior- puede pensar.  Más de lo que todos aquellos que no tienen filtro y el teclado es una extensión de sus pensamientos, puedan sospechar. Las consecuencias son tan infinitas como la cantidad de gente que puede mirarnos.  Y es que allí, según añade Curbelo,  está nuestra reputación digital que es:

El reflejo del prestigio o estima de una persona o marca en internet.

Todo lo que publicamos y los que otros publican sobre nosotros incide en esa imagen que  en antaño se manejaba por el  «qué dirán» y hoy se maneja por el «qué verán». Son múltiples las implicaciones en la vida diaria de nuestra imagen digital, desde relaciones personales mancilladas hasta en el entorno laboral.

 Si todos nos miran, ¿pueden también los patronos en los que solicitamos empleo buscarnos? Por supuesto, y es una práctica ya documentada en estudios. Una encuesta realizada por Career Builder en el 2009 encontró que  el 45% de los patronos encuestados utilizaron las redes sociales como criterio para evaluar el trasfondo de los candidatos a empleo. ¿Y qué buscan?

    • Si el candidato ha publicado fotos provocativas e inapropiadas. 53%
    • Si el candidato publicó contenido sobre el uso de alcohol o drogas, 43 %
    • Si el candidato publicó algo negativo de sus previos patronos, compañeros de trabajo o clientes. 35%
    • Si el candidato mostró pobres habilidades de comunicación. 29%
    • Si el candidato hizo comentarios discriminatorios. 26%
    • Si el candidato mintió sobre sus cualificaciones 24%
    • Si el candidato compartió información confidencia de su pasado patrono. 20%
¿Piensas que atentan contra tu intimidad y tu derecho de expresión? Lo cierto es que simplemente estas allí -de la forma en que quieras proyectarte- y ellos también te miran. Además, recientemente  la Federal Trade Commission, le dio el visto bueno a una compañía llamada Social Intelligence Corp. para hacer investigaciones del historial de los candidatos (background checks) a través de las redes sociales. No tan solo eso, sino que acumulan la información por siete años. Sí, esas fotos comprometedoras que le regalas a Facebook, también las ubican allí.
Es así, alguien nos mira. Debes ser cauteloso con lo que publicas, que finalmente es lo que te representa.
Sí, ellos nos miran. Y por supuesto, yo también te observo a ti.
Nota: Si deseas más información sobre el tema te invito a que veas el programa que comparto a continuación. Foro Colegial con la doctora Aury Curbelo.
Generaciones, Redes Sociales

Generación 2.0 Lenguaje 2.0

Al menos escriben. Tal vez es una de las ventajas solapadas de esta era de las redes sociales y de aparatos digitales inteligentes.  Las personas – en especialidad las generaciones más jóvenes-  comparten reflexiones, situaciones, testimonios, noticias, bobadas… y para ello tienen que redactar un texto antes compartirlo con sus «amigos» o «seguidores».  De manera que la llegada de la Web 2.0 nos ha legado un puñado de filósofos, poetas, críticos, y expertos con un común denominador: graves problemas de ortografía. Les decía que al menos escriben. Recuerdo que hubo una época, diríamos unos 10 o 15 años atrás, en la que escuchaba una queja constante de que los jóvenes no escribían. Ya ese problema fue superado, ahora sí escriben, y cómo escriben, y cuánto escriben, y lo que escriben.  Desde que tienen «ambre» hasta que «su compu se esploto» y por ende, la búsqueda de «quien save repararlas» pero que sea «varato». Están los escriben sobre «su nueba vida».  Y la  «chika» que no se quedó en su «kasa» porque una amiga le pidió que no se «kitara» ya que la iban a pasar  «supel kul».   Y luego de la jornada social piden que «la etiketen las fotos» porque «kiero» tenerlas.

Estas modificaciones a la ortografía, a mi juicio como observadora social de las generaciones -no soy lingüista ni pretendo serlo, pero soy amante de las palabras- se deben a una pluralidad de factores inquietantes e interesantes en la misma proporción.

El primero que quiero abordar, y que va completamente ligado a una de las características de la Generación Y,  es el sentido de inmediatez.  Lo importante es escribirlo rápido no cómo se escribe. La misma Web 2.0 y las plataformas sociales, creadas para generar participación, están diseñadas para lograr ese sentido de urgencia y hasta la necesidad de publicar contenidos.  Recordemos, que la Generación Y (nacidos entre los ochenta al  dos mil), es el único cohorte generacional  con una influencia directa de la tecnología desde su nacimiento. Para ellos son completamente naturales estas nuevas formas de socialización, que incluyen la palabra escrita en medios electrónicos de una forma constante.

Otra de las características de esta generación es que es una con mucha autoestima. Esto gracias a sus padres, en su mayoría Baby Boomers. Para explicar mi punto, les hago una ilustración. ¿Han visto ustedes a una persona con una ropa dos tamaños más pequeña de la que realmente debe usar? Más aún, ¿han visto con la seguridad con que caminan y parecen pavonear su atuendo? Asimismo, pasa con esta tendencia escritural en las redes sociales. La dinámica que observo es: tengo algo que escribir y lo escribo, no me importa la ortografía, son mis pensamientos.

Precisamente, un interesante artículo publicado por la Fundación de Español Urgente, titulado Internet pone los puntos sobre las íes a los que estrangulan el idioma, confirma esta idea:

En el mundo de las redes sociales el lenguaje escrito ha tomado el relevo a la expresión oral, lo que ha dejado al descubierto los problemas de los internautas con la ortografía.

Expresa Javier Bezos, redactor de la Fundéu BBVA (Fundación del Español Urgente) y coordinador de la Wikilengua, en el mismo artículo que:

En las redes sociales, «la gente escribe según va pensando», por eso, asegura Bezos que «aunque sea una lengua escrita, en el fondo es una lengua oral» y está estructurada como tal.

Sin embargo, el escritor Mario Vargas Llosa y Premio Nobel de Literatura 2010, le llama «barbarie sintáctica». En una entrevista con un rotativo suramericano el laureado escritor peruano decía:

“El Internet ha acabado con la gramática, de modo que se vive una especie de barbarie sintáctica”.

“Si escribes así, es que hablas así; si hablas así, es que piensas así, y si piensas así, es que piensas como un mono. Y eso me parece preocupante. Tal vez la gente sea más feliz si llega a ese estado. Quizás los monos son más felices que los seres humanos. Yo no lo sé”, sentenció.

Como en todos los áreas del saber hay favorecedores y detractores de estas nuevas formas escriturales.Por ejemplo, el profesor David Crystal de la Universidad de Gales indica que se trata de una «revolución lingüistica»:

“La web es un nuevo medio lingüístico, mucho más dinámico que la escritura tradicional”.

Ya nos han explicado los lingüistas que el idioma es un ente vivo y que se transforma según sus usos. ¿Dominarán los usos incorrectos? Estos escritos en las redes sociales, ¿tendrán un impacto en la redacción escolar, universitaria y luego profesional? ¿Se transformará la ortografía? Mientras, por lo menos escriben…

Generaciones

Un nuevo comienzo en la bloguería generacional y más… porque siempre hay más

Hoy comienzo una nueva etapa en  el arte de la bloguería generacional con la mudanza de mi bitácora a la nueva dirección www.colisiongeneracional.com. Cuando inicié en esto del blogging, el doctor Mario A. Núñez, (mi blog zen-zei) muy amablemente me hospedó en su portal blogfesor.org. No tan solo eso, sino que me asistió en esos asuntos técnicos, en los que debo confesarles todavía requiero ayuda.

Fue en abril de 2006 que, luego de ser escéptica a eso de los blogs,  inicié el mío con el fin de hablar de un tema que me apasiona: la interacción de las generaciones y sus diferentes variantes en el ámbito laboral y personal.  Asimismo, he compartido otros temas relacionados con el comportamiento organizacional, con periodismo así como algunas reflexiones personales.

En los últimos dos años, acallé intencionalmente mi blog.  Lo utilicé durante ese periodo para compartir mi proceso personal de manejo de la pérdida de mi hermana Chiqui, a través de la palabra poética replicada de su propia voz. Como ella era escritora y poeta, me daba demasiado dolor poder escribir y que ella no lo pudiera hacer. Todavía siento dolor, mas he decidido proseguir con los asuntos generacionales y claro, de cuando en cuando vendrán versos dedicados a su memoria.

Ha sido muy interesante este periodo de cuasi silencio, porque no obstante no publicaba mucho, siempre surgían las consultas.  Esto me llena de mucha satisfacción, ya que esos textos que viven en el ciberespacio siempre son de utilidad para alguien que necesita el conocimiento.

Desde el 2006 para acá ha evolucionado la Web 2.0 y con ella la utilización de las redes sociales para compartir contenidos.  Así que de escéptica de los blogs primero y luego de las redes sociales (especialmente por el asunto de la privacidad y el manejo de tanta información), ahora soy administradora o manejadora de contenidos del Facebook del RUM (que al día de hoy tiene 46,682 usuarios).  Eso es en lo profesional, porque reconozco las virtudes de FB para los propósitos de comunicación insitucional, pero en lo personal todavía me intimida y por eso tengo una cuenta en Twitter.  Mi tweets, «fueron liberados»,  durante este fin de semana, porque quería que fueran parte de mi blog. Allí, en Twitter,  comparto #SeisPalabras: un juego poético que me fascina y que reta al autor a escribir una inspiración en seis palabras. Como también me encanta la fotografía (aunque no tengo mucho tiempo para practicarla) allí combino fotos con las palabras. Igualmente, comparto contenidos interesantes publicados por otros twitteros en variados temas. Así que la barra de Twitter dentro de mi blog es parte de este nuevo comienzo.

Les agradezco a todos los que me han acompañado durante esta jornada y les invito a que continúen conmigo desde mi nueva casa electrónica y desde mi Twitter.

Al blogfesor Mario Núñez mi agradecimiento profundo por sembrar la semilla del blogniverso en mí y por hasta hoy ayudarme, hasta en el proceso de mudanza. Gracias a Juanco, también todo un maestro del blog con su página Trayectoria del Huracán, por ayudarme a migrar el contenido.

Así que celebro este nuevo comienzo de la bloguería generacional y más… porque siempre hay más.