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La generación Boomerang

Tal vez en Puerto Rico, no represente una tendencia social nueva, ya que por nuestra cultura e idiosincrasia los padres albergan a sus hijos en sus hogares, sin mayor dificultad, hasta que ellos quieran irse (a veces esto significa toda la vida).

Sin embargo, en otros países como Estados Unidos, Cánada y Europa, la práctica frecuente es que los hijos se independicen entre los 18 a 21 años. De esta forma, sus progenitores pueden «disfrutar» de su «nido vacío».

Recientemente, esta costumbre ha disminuido con la llegada de un nuevo fenómeno social denominado generación boomerang, que se caracteriza porque los jóvenes, entre los veintitantos y los trientitantos, se quedan a vivir o regresan a la casa de sus padres.  Esta marcada inclinación, más fuerte en la última década, contrapone la expectativa de los norteamericanos de que sus hijos partan del hogar en los álbores de la juventud.

 ¿Por qué no se van o regresan tan pronto?

Un estudio que publicó la pasada semana el Pew Research Center, apunta hacia  que la razón principal es económica. Así lo explican en el informe:

«La Gran Recesión parece haber acelerado esta tendencia. La encuesta de Pew Research encontró que entre los jóvenes adultos de  18 a 34 años, el 24% se mudó con sus padres en los últimos años, después de haber vivido de forma independiente, debido a las condiciones económicas».

La investigación no tan solo documenta esta tendencia, sino que también establece que tanto los padres como los jóvenes se encuentran satisfechos con mantener por más tiempo este arreglo de convivencia multigeneracional familiar:

«El 68% de los jóvenes adultos de entre 18 y 34 años que viven con sus padres o se mudó nuevamente en forma temporal, debido a las condiciones económicas, dicen que están muy satisfechos con su vida familiar. Esto se compara con el 73% de los jóvenes adultos que no viven con sus padres (una diferencia estadísticamente no significativa). Del mismo modo, el 44% de los jóvenes adultos que viven con sus padres dicen que están muy satisfechos con su situación de vivienda actual. Una proporción similar (49%) de los jóvenes adultos que viven independientes manifiestan lo mismo».

Asimismo, se desprende del estudio que los jóvenes aportan, de una forma u otra, a los gastos del hogar:

«Los adultos jóvenes que viven con sus padres contribuyen a la casa de varias maneras. Casi la totalidad de los encuestados, entre los 18 – a 34 años de edad (96%) dicen que  aportan al hacer las tareas del hogar. Mientras el 75% dice que contribuye con los gastos del hogar, tales como compra de comestibles o facturas de servicios públicos. Por otro lado, (cerca) más de una tercera parte (35%) paga renta a sus padres. Tanto las féminas como los varones son propensos a ayudar en las tareas domésticas y pagar alquiler. Sin embargo, hay más féminas que varones que contribuyen con los gastos del hogar (84% vs 67%).

El doctor Roderic Beaujot, profesor de University of Western Ontario también ha investigado esta tendencia en Canadá, al citar estadísticas del Censo, demuestra que en 1981, el 27.5% de los canadienses de 20-29 años vivían con sus padres. En 2001, la cifra había aumentado a 41%.

Un estudio realizado en Inglaterra por el Institute for Social Camp Economic Research (ISER), de la Universidad de Essex y reseñado en el periódico The Telegraph, también documenta esta tendencia en Inglaterra e indica que en el 2008 hubo un aumento de 110,000 jóvenes entre 16 y 29 años que regresaron al domicilio de sus padres.

En Italia el 70% de los adultos jóvenes viven en la casa de su padres, allá se les denomina Bamboccioni, que significa «bebés grandes».

Esta tendencia tienes sus favorecedores y detractores. Los que apoyan este acomodo establecen que ayuda en lo financiero a todas las partes y que  permite que las relaciones interfamiliares se fortalezcan. Ponen como ejemplo, las culturas asiáticas e hispanas, en que los hijos viven por más tiempo con sus padres y luego, toman un rol principal en el cuidado de sus progenitores cuando llegan a ancianos.  Los que rechazan esta práctica temen que se vaya a perpetuar la depedencia.  El doctor Frank Furedi, de la Universidad de Kent, le llama la «cultura del miedo». Según indica, «el culto a la seguridad representa una actitud profundamente pesimista hacia el potencial humano».

Lo que para nosotros, los puertorriqueños, es un estilo de vida social muy habitual: vivir en la casa de nuestros padres en los 20’s, 30’s, 40’s  y a veces más; ahora representa todo un tópico de discusión y debate mundial.  ¿Será que el modelo de los hispanos funcionó desde un principio? ¿Realmente los padres querían el nido vacío o simplemente la cultura se lo impuso? ¿Mejorará con este «nuevo modelo» la comunicación entre generaciones? Sin duda, son áreas que se investigarán.  Mientras, qué tal si disfrutan la experiencia.

La cadena CBC preparó un documental sobre el tema. Les dejo con el preview:

20 comentarios en “La generación Boomerang”

  1. Que buenas las preguntas que planteas. Me encantó el escrito. Definitivamente, desdibujar los lindes entre las acciones voluntarias y las que impone la sociedad no es tan sencillo, se requiere precisamente de este tipo de perspectivas para crear conciencia sobre las alternativas. Al fin y al cabo, el asunto de permanecer con los padres, irse a vivir a un apartamento, casarse o adoptar un nino, no son más que alternativas de vida que cada ser humano elige conforme a sus circunstancias, anhelos, carácter, necesidades, valores, etc.

    1. Querida Marta Yazmín:

      ¡Qué gusto verte por mi vecindario digital! Ciertamente vivimos nuestros días pautados por costumbres que van pautadas de generación en generación, sazonadas por un fuerte componente cultural. Romper con los paradigmas tradicionales siempre llamará la atención, como es el caso que planteamos, que ahora es tópico de discusión e investigación. El planteamiento y otro pregunta interesante sería, ¿será la ruptura de la norma más efectiva que la tradición? Claro, esa respuesta la podemos aplicar a una plétora de asuntos existenciales que nos conmueve a cada cual desde nuestro yo.

      Un abrazo y espero que me sigas visitando (esto aplica tanto a lo digital como a las latitudes cercanas a la vuestra)

    1. ¡Norys! Bienvenida a Colisión Generacional. A la verdad que esa tableta está funcionando de maravilla. Espero que sigas en contacto conmigo a través de esa nueva tecnología que ha llegado a tu vida. Un abrazo.

    1. Querido profesor:

      Gracias por ser un asiduo de Colisión Generacional. Eso es así, acá en Puerto Rico es completamente natural vivir con los padres hasta los treintitantos, y por lo que he visto por experiencias cercanas, a la mayoría de ellos les gusta.

      Sigamos en contacto a través de todos los medios digitales que nos conectan.

  2. Muy cierto todo lo aquí planteado…creo también que a nosotros los puertorriqueños, más allá de a lo que nos pueda llevar la situación económica, somos personas muy familiares y casi nunca nos despegamos del núcleo familiar. Si llevamos ya una vida «independiente», de una manera u otra siempre se mantiene la conexión con ese núcleo ya sea con la comunicación casi a diario y las visitas frecuentes, además de apoyarse económicamente uno al otro cuando así sea necesario…es algo cultural.

    1. ¡Yomaaaaaaa! Gracias por visitarme. La familiaridad de nuestra cultura es motivo de asombro para otras culturas, quienes -hasta ahora- no entendían el porqué los hijos se quedaban por más tiempo en sus hogares. A parte de la situación económica, y según apuntan los estudios, descubrieron que les gusta el arreglo. 🙂

  3. Me encantó mucho el reportaje!! Hablo por mi que actualmente vivo esa situación.
    Luego de un año de casados, tres perros y un pez…por razones agenas a nuestras voluntad y por una razón que no recuerdo en este momento (jajaja) actualmente vivo en casa de mis suegros. Estoy en desacuerdo con el hecho de sentirse cómodos al tomar esa decisión. «Mi opinión bien personal, propia de mi persona, mía de mi» jaja es que uno jamás debe sentirse cómodo con su nueva etapa de «todos juntitos en el mismo hogar».

    Si pienso que puede ser algo temporero en lo que uno alcanza la estabilidad nuevamente, pero NADA PERMANENTE. Por alguna razón u otra muchas personas se han visto en la necesidad de volver a sus hogares(con sus padres) por la razón que sea. Pero, como diría mi madre » UNO COMO HIJO, TIENE QUE TENER SUS PROPIAS VIVENCIAS Y ESCRIBIR SU PROPIO LIBRO». Los padres pueden ayudar en la medida de lo posible, pero por mi situación bien particular, entiendo que los padres deben incitar a sus hijos a que se independicen. Darles estadía permanente atrofia la necesidad de buscar su propia vida y su independencia.

    1. Mi amada Zainex Kariem:

      Aunque estos estudios se enfocan en las personas solteras, es posible -como en tu caso- que aún después de casados -especialmente los más jóvenes como ustedes- necesiten temporalmente un apoyo extra. Esto es totalmente comprensible, dado a las razones que no recuerdas en este momento, ni yo tampoco, pero que estimo deben ser completamente válidas. Me parece que lo importante, en tu particular caso es, con sosiego, comenzar una búsqueda de ese lugar apropiado, la juventud y la fortaleza están a su favor. Ya mismo saldrás del bumerán, decláralo.

    1. ¡Beckyyyyyy, tanto tiempo chica! Gracias por visitarme y leerme. Dice la palabra: «Todo tiene su tiempo». Y como te lo he dicho en muchas ocasiones, ya sea desde boomerolandia (que en todo caso es el hogar nuestro de cada día) o doquiera que vayas, brillarás. Está declarado.

  4. Nota curiosa del lenguaje:

    El término en español de boomerang tiene doble ortografía: bumerán o búmeran.

    Aquí se los comparto directamente desde RAE:

    bumerán.

    (Del ingl. boomerang, y este de or. australiano).

    1. m. Arma arrojadiza, propia de los indígenas de Australia, formada por una lámina de madera curvada de tal manera que, lanzada con movimiento giratorio, puede volver al punto de partida.

    búmeran.

    1. m. Arg., Ec. y Méx. bumerán.

    (Esta forma fue aceptada como artículo nuevo como un «avance de la vigésima tercera edición» del Diccionario de la Real Academia Española)

    Gotitas del saber 🙂

  5. Saludos Mariam.
    Correcto lo que planteas al decir que el «boomerang» es un fenómeno curioso para las culturas anglosajonas, -más no tanto para las culturas latinas ya que la práctica de lo conocido como la familia extendida (a veces 3 o 4 generaciones viviendo bajo un mismo techo) ha sido siempre más común entre latinos que entre sajones. Pero también es cierto en los países del sur de Europa y en Africa, que la práctica de la familia extendida también es muy común, particularmente en los campos.

    1. Saludos Canny:

      Es un placer que visites mi aldea digital para hablar sobre temas culturales. Gracias por tu excelente aportación. Y como dirían unos grandes filósofos boricuas en combo: ‘no hay cama pa’ tanta gente». Sin embargo, la necesidad y la misma costumbre a veces obligan.

      Tenemos que hablar ¿cierto?

  6. Hola Mariam Ludim:

    Después de dieciocho años de vivir lejos de la casa de mis padres un día llamé a mami y le dije: Búscame. Mis padres me recogieron y hasta me construyeron un hermoso cuarto en la casa, en donde viví por un tiempo hasta que me recuperé emocional y financieramente. No creo caer dentro de las estadísticas que mencionas en tu escrito, pero si te puedo decir que la comunicación entre generaciones cambió diametralmente del cielo a la tierra. Yo voy a casa de los padres seis días a la semana. Y ahora yo no puedo ni siquiera imaginar mi vida sin que nos sentemos todos a almorzar juntos los sábados. Opino que, definitivamente, el modelo de los hispanos funcionó desde un principio.

    1. Amada Zaida Haydeé:

      Ya se le extrañaba por estas rutas cibernéticas. Y, DEFINITIVAMENTE, no hay nada que se compare al cariño del terruño hogareño, especialmente en esos momentos que uno necesita un tiempo para seguir adelante.

      ¡Vuelve pronto!

  7. Estoy totalmente de acuerdo con lo que planteas. Tengo veintitantos años y diariamente disfruto la experiencia de vivir con mis padres. De hoy en adelante me sentiré muy orgullosa de decir: ¡Soy de la generación “Boomerang”! 🙂

    1. Graciela Melissa:

      ¡Tanto tiempo, chica! Gracias por compartir por primera vez en mi aldea virtual. Y un saludo muy especial a tus padres. A la verdad que ustedes tres son un combo superdivertido.

      Un abrazo y disfruta la Semana Santa.

  8. Interesante fenomeno el descrito. En nuestra Isla los hijos e hijas permanecen mas tiempo en nuestras casa, inclusive una de ellas fue a estudiar en Estados Unidos y no podia creer que aun viviese con sus padres y tuve que redactar una carta explicando la situacion para asistencia economica. En fin ya termino el doctorado y aun en casa. Lo disfrutamos mucho de veras!!

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